Qué difícil tema es este, porque
todos tenemos derecho a poseer algo, aparte de la vida, ya que debemos contar
con los medios materiales, que son el sustento de la Familia, Trabajo, Hogar,
Alimentación, Vestido, Calzado, etc. Me doy cuenta de la magnitud del problema
de la vivienda, ocasionado por la migración del campo a la ciudad, ya que las
familias se posesionan de terrenos incultos, baldíos, agrestes, en donde
construyen endebles y rústicas viviendas de madera, lámina y cartón, careciendo
de toda clase de servicios, como agua potable, electricidad, etc.
Lo malo del asunto, es que a
veces caen en manos de seudolíderes, que los engañan y estafan, “vendiéndoles” solares que tienen
dueño. Y luego son desalojados violentamente, por los propietarios de esos
terrenos. Más ellos siguen luchando por contar con un lugar donde vivir, porque
alquilar un departamento o una casa, no está contemplado en sus expectativas económicas,
por la carencia del “Poderoso Caballero que es Don Dinero”.
Mientras son peras o manzanas, no
se pierde la esperanza de tener un hogar digno, con todos los servicios y
comodidades posibles. Ese anhelo o sueño cuando se hace realidad, genera una
gran dosis de felicidad, porque significa la estabilidad familiar, desaparece
la angustia por el temor de no poder pagar la renta, o la zozobra por perder lo poco que se tiene.
Aquí en México existen organismos
gubernamentales, que proveen de viviendas a los trabajadores, como el
INFONAVIT, el FOVISSSTE, etc., más en la actualidad se requiere que el obrero o
empleado gane tres salarios mínimos, para tener derecho a un crédito para una
vivienda de dos recámaras, cocina, baño, etc. Y ante la inestabilidad laboral,
están en el abandono, miles de casas en todo el Estado de Tamaulipas.
Esta es la propiedad privada que
los gobiernos deben proteger y amparar, y deben también, modificando la Ley,
abolir los latifundios, monopolios, y todo aquello que signifique acaparamiento
como los casatenientes, que poseen propiedades a destajo y lucran con las
excesivas rentas de sus posesiones. Es decir, se debe poner un límite a la riqueza porque “Nadie debe disfrutar de
lo superfluo, mientras alguien carezca de lo estricto”, como dijera Salvador
Díaz Mirón, pero también no podemos cantar con “El Puma” José Luis Rodríguez,
aquello de “Dueño de qué, dueño de ti, dueño de nada…”.
El error del Socialismo de Marx,
Lenin, etc., en primer lugar es el derramamiento de sangre, para su consecución,
y la abolición total de la propiedad privada. No se puede construir una
Sociedad Igualitaria de esta manera, aunque se diga que “El fin justifica los
medios”, no en todos los casos, porque la violencia engendra violencia, y el
Amor da por frutos Amor, como sostiene la E.M.E.C.U.
En Venezuela, Hugo Chávez Frías,
el extinto Presidente, comprendió que la propiedad privada no se puede abolir
por decreto, y aunque se plasme en la Constitución, sobre todo cuando el
Socialismo necesita del Capital para sostener la República y la Nación
Bolivariana. Por eso estableció la Misión Vivienda, para dotar a las familias
de un hogar digno, regalando el terreno, y sólo pagando la construcción en un
plazo de 30 años. Sí, combatió los monopolios, y procuró la soberanía
alimentaria, tecnológica, industrial, económica, para no depender únicamente de
la renta petrolera.
La propiedad privada se abolirá
cuando se implante la Comuna de Amor y Ley, que es la meta de la Escuela
Magnético-Espiritual, porque en ese tiempo se comenzará de cero, luego del
Cataclismo humano y geológico, que no dejará piedra sobre piedra, y quedarán borradas
divisiones y fronteras, y la tercera parte de la Humanidad que sobrevivirá,
está preparada para establecer la Comuna, dentro de la LIBERTAD, la IGUALDAD y
la FRATERNIDAD, que fueron las metas que se vinieron construyendo, desde Adán,
Eva y su hijo Seth, Noé, Abraham. Jacob, Moisés, Juan Bautista, Jesús, José y
María, hasta culminar con Joaquín Trincado Matheo, fundador de la E.M.E.C.U.,
que recopiló la obra de todos estos Misioneros, que vencieron con el arma más
poderosa que existe y existirá por siempre EL AMOR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario