El Padre Nuestro que los hermanos
católicos rezan, dice: “Padre Nuestro que estás en el “Cielo…”. Pero también
los he oído afirmar: “Dios está en el Cielo, en la Tierra y en todo lugar…”.
Visto así a la ligera, parece que existe una contradicción, más lo que sucede
es que el Padre Nuestro, es una oración que los egipcios dedicaron al Sol,
porque el Astro Rey con su luz da vida no sólo a los tres Reinos de la
Naturaleza, sino a todos sus hijos telúricos, que giran incesantemente a su
alrededor. Esta oración se la apropió la Religión Católica, cuando se
constituyó en el año 325 de esta era.
Este faro de luz ilumina a sus
planetas, hace germinar las semillas, las hace fructificar, con su energía se efectúa
la Fotosíntesis, por medio de la cual el Reino Vegetal produce la clorofila,
que da el color verde de los árboles y plantas. Hace producir electricidad por
medio de los paneles solares, etc. Por eso en aquel tiempo hicieron Dios no
sólo al Sol, sino a muchos de sus hijos como Venus, Marte, Júpiter, Neptuno,
Saturno, etc.
La otra afirmación es correcta,
porque en todo lo que tiene vida ahí está el Supremo Hacedor, y la vida es
movimiento, siendo su mínima expresión el Átomo, que es un sistema solar en miniatura.
Además sentimos la presencia del Creador, en el trueno durante la tempestad, en
el rugir de la fiera, en la erupción de los volcanes, en la fecundación de la
flor, en el vuelo del ave, en la sonrisa del niño, en el dulce beso de la
mujer, y en el latir del corazón del hombre, mi hermano.
El Creador Universal, el Padre
Eloí, está presente en todo el Universo, porque todo él tiene vida, y Él es su
Autor, y la única substancia o Éter, es su pensamiento, y de ahí procede todo el
Infinito Cosmos.
Entonces los antiguos buscaron a
Dios, en el compañero caído, que era su líder, lo buscaban en los animales que
le ayudaban en sus labores, lo buscaban en los astros, en el fuego, etc. Y lo
tenían tan cerca como jamás imaginaron. Sí, el Creador está en el “Cielo”, en
la Tierra y en todo lugar, porque es Omnipresente. Y no lo encuentran porque no
tiene forma, es amorfo, y al hacer Dios a Jesús, lo convirtieron en
antropomorfo, ellos querían adorar a alguien, algo tangible, e inventaron el
Jesucristo, es por ello que en todos los templos católicos, lo tienen en el
Altar Mayor. Las Iglesias Cristianas tienen el mismo Dios.
Pero Jesús no es Dios, y si es
hijo de Dios, es porque todos los seres humanos somos sus hijos también. Que
fue un hombre extraordinario es verdad, más no hizo milagros en sus curaciones.
El había estudiado en la Escuela Esénica, en donde estuvo internado desde los
12 hasta los 28 años, por eso se les perdió a los evangelistas por 16 años, y al salir a predicar el Amor y la
Libertad, era experto en Alquimia, Botánica, y por medio de sus facultades
Psíquico-Magnéticas efectuaba curaciones, que en aquel tiempo, por la
ignorancia de la gente, se consideraban prodigios, y también empleaba el barro,
que todo el mundo sabe ahora, que tiene propiedades terapéuticas.
Así querido hermano, no busques
más a Dios en las Iglesias, ya sabes que
está esparcido en todo el Universo, y con su energía lo hace vibrar, y mueve
vertiginosamente todo el Infinito Cosmos, sin que se efectúe la menor colisión.
Y no lo busques más, porque está
dentro de ti mismo, impulsándote siempre hacia el progreso, presenciando todos
tus aciertos y errores, y te tolera porque sabe que como hombre eres
imperfecto, pero que tu espíritu es su hijo consubstancial, eres una parte de
Él, y te mandó a luchar con el arma más poderosa que es el AMOR, y para
adorarlo AMA A TU HERMANO, porque Él está también dentro de sus hijos, tus hermanos, y a
todos también nos ordenó:
Tener por Templo el Universo
Por Imagen el Amor,
Por Altar el Corazón del hermano,
Y por Sacerdote la Conciencia.
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