lunes, 21 de enero de 2013

LA VIDA ES ETERNA Y CONTINUADA

Todas las religiones reconocen la vida eterna del alma, y por lo tanto su inmortalidad. Mas no admiten ka reencarnación, porque afirman que al ocurrir la muerte del hombre, el alma pasa a la diestra de Dios en el Cielo o va al infierno (que no existen), sino recibió los auxilios espirituales, con la extrema unción, lo que es irracional a todas luces.
Vivir sólo una existencia en este mundo, es tan injusto, sobre todo cuando nos agobian la miseria, las enfermedades, el dolor, la angustia, la desesperación. que actualmente padecen la inmensa mayoría de la población por el monopolio de la riqueza por un grupo privilegiado de la humanidad, porque así lo quiere Dios.
No, el Dios Amor que la E.M.E.C.U. nos enseña no tiene los defectos de ese ser que perdona y castiga, si no se le adora dentro de las religiones, que sólo explotan la fe de los creyentes, a través de la limosna, las ofrendas, los diezmos, etc. El Padre ELOI no necesita Ministros, Templos, Altares, Monasterios ni Conventos, porque El es Omnipotente, todo lo puede dentro de su Ley que es Amor. Omnímodo, ya que lo abarca todo en el Universo. Omnipresente, porque con su energía no sólo es causa del movimiento universal, sino que está presente en todo el infinito Cosmos y Omnisciente, que todolo sabe. Es por lo mismo el único justo, perfecto, sabio, santo, divino. No otorga dones ni riquezas, por lo que todo el caos que existe en el mundo, es producto de la ambición del hombre, y que propician la explotación, el vicio, el crimen, la guerra, el odio, pues el dios que se adora es el dinero.
Entonces razonando filosóficamente hay que admitir la reencarnación del espíritu, como nos enseña el Espiritismo LUZ Y VERDAD, pues no existe otra explicación, ya que estamos pagando las deudas o errores de otras existencias que originan los flagelos que padecemos. Si en otras vidas derrochamos fortunas, hoy sufrimos pobreza y miseria, si odiamos hoy tenemos que amar, si matamos , tenemos que dar vida a nuestras víctimas, reencarnando como mujer, aunque nuestros hijos no todos son por esta justicia. Fuimos reyes, hoy somos vasallos, y todos los males que ocasionamos ayer, hoy se nos revierten. Esa es la Justicia divina, que compensa todo lo bueno y lo malo. Es la Ley de Amor que pone a cada quien en su lugar.
El progreso es imposible sin la reencarnación del espíritu, que en ese ir y venir trae nuevos conocimientos. En tiempos de la infancia de la humanidad, nos alumbramos con sebo o aceite animal, después con velas de cera, el flamígero gas y con la electricidad dimos un oaso gigantesco. Empleamos los troncos de los árboles para transportar las cosas, luego la chirriante carreta, los carros de fuego del ferrocarril, hasta llegar al automóvil y volar por los aires.
Nos comunicábamos con el tam-tam del tambor, el humo de las hogueras, el cuerno y el caracol marino. Después el telégrafo, el teléfono, la radio, la televisión y ahora el Internet, aparte de la palabra escrita.
De la alquimia pasamos a la química, de la astrología a la astronomía. El avance con la biología, la medicina, la obstreticia, ginecología. Las matemáticas puras, la mecánica celeste o Ley de Gravitación Universal, la mecánica cuántica, la cibernética. Con otras ciencias como la Antropología, Geología, paleontología, Etnografía, Filología, etc. Todo este progreso no sería posible sin la  reencarnación del espíritu, que de otros mundos, con humanidades más avanzadas, traen esos conocimientos. Los llamados inventos son de estos espíritus que al reencarnar traen esos conocimientos que llamamos inventos. También todos aquellos que aplican sus conocimientos avanzados en la literatura, estadistas, profetas,pintores,etc.
Sin la reencarnación del espíritu nos hubiéramos estancado en el canibalismo, las chozas de ramas, la promiscuidad, la desnudez, la ignorancia, los sacrificios humanos, etc. Mas con todo el progreso alcanzado no hemos llegado a ka civilización. Seguimos empeñados en la guerra, el crimen, la drogadicción, la explotación, el aborto.

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